martes, 26 de enero de 2016

Volcanes extraterrestres

Todos sabemos que el punto más alto del mundo es la cima del Everest. Siempre que contemos los metros a partir del nivel del mar.
Pero si tenemos en cuenta el tamaño de la montaña desde su base, sin importarnos si lo que la rodea es agua o aire, entonces el Mauna Loa, uno de los cinco volcanes que componen la mayor isla de Hawaii, supera el récord con 9.170 metros, comparado con los 8.850 del Everest.


Si esto te sorprende, agárrate los pantalones, que no es nada comparado con las barbaridades que hay esparcidas por el resto del sistema solar.
Primera parada, nuestro polémico vecino rojo.
Marte es ahora un mundo sumido en un silencio que sólo interrumpen ocasionales tormentas de arena o la llegada de alguna sonda espacial extramarciana, pero su superficie no siempre fue así. Señal de ello es que en este planeta podemos encontrar el volcán más grande conocido el Olympus Mons (el Monte Olimpo), que deja en evidencia a cualquier formación geológica terrestre.

Si su altura, de 22 kilómetros, ya resulta impresionante, más lo es su extensión. En el siguiente dibujo aparece representada la superficie que ocupa el Olympus Mons, en comparación con Francia.


Pero entonces, el día que eso reviente va a salpicar hasta aquí…
Por suerte o por desgracia, hace mucho tiempo que Marte está geológicamente inactivo y este es el por qué:
Para que haya movimiento en la corteza de un planeta se necesita energía, y esa energía proviene del calor generado en su núcleo.

El interior de nuestro planeta es líquido porque el núcleo no deja de emitir un calor tan intenso que es capaz de fundir la roca. Parte de este calor es debido a la presión a la que está sometido el núcleo, otra parte a la energía liberada por la descomposición de elementos radiactivos y otra es lo que queda aún de la fricción producida hace miles de millones de años durante la formación del planeta a base de colisiones entre cuerpos celestes cada vez más grandes. Todo este calor es el que impulsa las corrientes de convección en el material líquido del manto terrestre, responsables del desplazamiento de la corteza sólida de la Tierra.

Pero, poco a poco, toda esa energía se disipa hacia el espacio y, como no hay manera de volver a llenar el calor que se pierde, la Tierra se enfría muy lentamente. Mientras esto ocurra, el material que se mantiene líquido gracias a las altas temperaturas se irá enfriando y, por tanto, solidificando, empezando por las zonas más cercanas a la corteza. El resultado es que la corteza se volverá cada vez más gruesa hasta que, finalmente, todo el interior de la Tierra sea sólido. Sin magma que suba hasta la superficie, las placas tectónicas se detendrán y el campo magnético, movido por la rotación del núcleo, desaparecerá.
















No hay comentarios.:

Publicar un comentario